Aquí siguen 6 dogmas sobre el cerebro que se han venido sosteniendo
desde larga data. A cada uno le acompaña una breve descripción
de la investigación que muestra su falsedad o que es resultado
de un exceso de simplificación.
Dogma 1: El cerebro humano adulto no es plástico.
Hasta hace relativamente poco tiempo se creía que el cerebro
humano adulto no es maleable. Pero los trabajos de Michael Merzenich
y sus colegas a fines de 1970 y principios de los 80 han mostrado que
eso no es cierto. Ahora sabemos que el cerebro es capaz de reorganizarse
ampliamente, particularmente en respuesta a ciertas experiencias y lesiones.
Actualmente se considera que el aprendizaje ocurre como resultado directo
de la modificación de conexiones sinápticas en el cerebro;
se cree que la reorganización del “cableado” cerebral
tiene lugar luego de ocurrida la lesión, y subyace en fenómenos
tales como los del síndrome de miembro fantasma en amputados.
Dogma 2: El cerebro humano adulto no puede
regenerarse. Ha sido un dogma central de las neurociencias
el considerar que el cerebro adulto no puede generar nuevas células
nerviosas. Pero ahora se ha establecido de modo fehaciente que el cerebro
humano adulto contiene pequeñas poblaciones de células
neurales stem [“células madres”], las cuales son
capaces de dividirse para generar nuevas neuronas a lo largo de la época
adulta.
[Ver http://www.nature.com/nature/journal/v427/n6976/abs/nature02301.html
]
La función de estas nuevas células es todavía poco
clara, y los investigadores hasta ahora han tenido escaso éxito
en provocar su división in vivo. Sin embargo, apenas lo logren,
las células stem pueden potencialmente ser usadas para desarrollar
tratamientos de condiciones neurológicas tales como accidente
cerebro-vascular, epilepsia y enfermedades de Alzheimer, Parkinson y
Huntington.
[Ver http://scienceblogs.com/neurophilosophy/2007/11/alois_alzheimers_first_case.php]
Dogma 3: Las neuronas son los elementos funcionales
del sistema nervioso. En el siglo 19 el descubrimiento de las
neuronas fue rápidamente seguido por el de que el sistema nervioso
contiene otro tipo de célula: la célula glial.
[Ver http://scienceblogs.com/neurophilosophy/2007/07/the_discovery_of_the_neuron.php]
Las células gliales fueron relegadas al rol secundario de proveer
a las neuronas soporte estructural y nutricional. En años recientes,
sin embargo, esto ha comenzado a cambiar. Ahora se sabe que las células
gliales regulan la comunicación entre neuronas y controlan el
flujo sanguíneo a través de los capilares del cerebro.
También comunican las neuronas entre sí y con los vasos
sanguíneos, y un estudio publicado en abril de este año
muestra que las células gliales pueden generar potenciales de
acción. Más que meros soportes, las células gliales
pueden resultar de fundamental importancia en las funciones cerebrales.
[Ver http://www.nature.com/neuro/journal/v11/n4/abs/nn2060.html]
Dogma 4: Los neurotransmisores son liberados
en las terminales nerviosas. Según la visión
tradicional, las neuronas reciben información de otras células
nerviosas en sus dendritas, asimilan estas señales en su cuerpo
celular y generan un potencial de acción que es propagado a lo
largo del axón. Cuando el potencial de acción alcanza
la terminal nerviosa, provoca una liberación de neurotransmisores,
los cuales se difunden a través de la hendidura sináptica
y obtienen una respuesta en la membrana postsináptica. Sin embargo,
diversos estudios publicados en el último año muestran
que los neurotransmisores también pueden ser liberados desde
los axones en la sustancia blanca del cuerpo calloso.
[Ver http://www.nature.com/neuro/journal/v10/n3/abs/nn1850.html ].
Dogma 5: Las neuronas son conmutadores [“switchers”]
binarios. Dicho de otro modo, una célula nerviosa está
encendida [“on”] o apagada [“off”]: en cualquier
momento dado, está generando un potencial de acción, o
no. El potencial de acción ha sido considerado como una respuesta
de tipo “todo o nada”. Esto significa que se requiere una
mínima cantidad de estimulación para que una neurona produzca
un impulso nervioso, y un estímulo por debajo del umbral (menor
que el mínimo estímulo) no producirá una respuesta.
Desde hace tiempo se sabe que las células del sistema nervioso
de los invertebrados producen potenciales de diferentes grados, en los
que la cantidad de transmisores liberados es propocional a la intensidad
del estímulo. Ahora tenemos evidencia que las neuronas de los
mamíferos pueden también generar potenciales de distinto
grado; no son simples interruptores “on/off”, y el potencial
de acción no es a todo o nada.
[Ver http://www.nature.com/nature/journal/v441/n7094/abs/nature04720.html
]
Dogma 6: Las neuronas se comunican entre ellas
por la propagación de potenciales de acción. Las
neuronas evolucionaron para comunicarse entre sí, y lo hacen
generando impulsos nerviosos que son propagados a lo largo de las fibras
nerviosas. Pero dado que esta actividad eléctrica no puede atravesar
la sinapsis, es convertida en una señal química que transmite
la señal de una célula a la siguiente. Si bien todas las
neuronas se comunican de esta manera, ahora sabemos que algunas de ellas
pueden transportar las señales mediante la propagación
de mensajes secundarios en cascada. Estas cascadas bioquímicas
de señales pueden viajar a lo largo de la fibra nerviosa, y pueden
provocar la liberación de neurotransmisores desde la terminal
nerviosa en ausencia de actividad eléctrica.
[Ver http://www.plosone.org/article/fetchArticle.action?articleURI=info:doi/10.1371/journal.pone.0000612].