Practicar el pensamiento crítico puede llegar a ser como lavarse las manos con agua y jabón:
un hábito que ayuda a evitar imperceptibles contaminaciones.

“El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hácerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas.”
(Bertrand Russell, Los problemas de la filosofía, Cap. 15.)

 

¡FELIZ 2015!

Regale El filósofo como detective.

cursos


www.filosofiaparaarmar.com.ar

© Copyright 2008 - Creación y diseño de Marta Abergo Moro